miércoles, 4 de julio de 2012

El corazón nunca deja al olvido.


Ya sé que lo olvide un poco a él. Pero es que no aguanto verle y no besar esos labios; es como un fruto prohibido. Lo sé pero, es que me vuelve loca y se me hace inevitable. Lo olvide no; a mí no se me olvida de la noche a la mañana. Ya le quiero desde hace un año y es inevitable pensar que no estoy con él. Y que otra chica puede quitármelo.
Y que ese sueño que tengo en mi mente se haga pedacitos más pequeños, hasta que un día haga una locura. Una locura de esas, como dicen los mayores de amor. Pero de esas que no vuelves a despertar. Aunque todavía en eso no lo piense, tal vez ocurra. Pero sin embargo yo sé que tengo dos dedos de frente y que jamás se me ocurriría hacerlo. Sé que estoy loca; pero esa locura tiene nombre y apellido. Jamás cambiará de nombre y apellido; a no ser dé que el destino lo desee tanto. En este corazón hay miles de “te quiero” rotos; pero que siempre dan una segunda oportunidad y que nunca rechazan. Porque tal vez tenga mucho orgullo, pero ese orgullo a veces perdona. 

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