Ya sé que lo olvide un poco a él. Pero es que no aguanto
verle y no besar esos labios; es como un fruto prohibido. Lo sé pero, es que me
vuelve loca y se me hace inevitable. Lo olvide no; a mí no se me olvida de la
noche a la mañana. Ya le quiero desde hace un año y es inevitable pensar que no
estoy con él. Y que otra chica puede quitármelo.
Y que ese sueño que tengo en mi mente se haga pedacitos más
pequeños, hasta que un día haga una locura. Una locura de esas, como dicen los
mayores de amor. Pero de esas que no vuelves a despertar. Aunque todavía en eso
no lo piense, tal vez ocurra. Pero sin embargo yo sé que tengo dos dedos de
frente y que jamás se me ocurriría hacerlo. Sé que estoy loca; pero esa locura
tiene nombre y apellido. Jamás cambiará de nombre y apellido; a no ser dé que el
destino lo desee tanto. En este corazón hay miles de “te quiero” rotos; pero
que siempre dan una segunda oportunidad y que nunca rechazan. Porque tal vez
tenga mucho orgullo, pero ese orgullo a veces perdona.
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